El asombro ante la vida indescifrable los PreSocráticos descubrieron el logos, la razón. Y así surgió la ciencia y la filosofía.-

Persuadir, con sofismas o demagogia altisonante. La mentira triunfate. El eterno plan político de los sofistas.-

La inmortalidad del alma. El mundo es ilusorio y las ideas son reales. Sobre las anchas espaldas de Platón se plantaron las raices de occidente.-

La lógica aristotélica es la organización del pensamiento. Es en rigor el pensamiento mismo. Por eso Aristóteles es El filósofo, como se lo denominó por siempre. Aristóteles es el pensamiento y todo pensar es aristotélico.

"No busques fuera la verdad que habita dentro tuyo". San Agustín es el filósofo de la interioridad y de la conjunción entre fe y razón: "Creo para comprender y comprendo para creer". Sus Confesiones son el primer libro autobiográfico de la historia. Su concepción del mal es aguda: Es ausencia de bien, como la oscuridad es ausencia de luz. Es un de los fundadores de la estructura filosófica del cristianismo y un insoslayable hito para comprender las razones profundas de la devoción pasional y racional en simultáneo.-

Fue la pasión más trágica de la historia de la filosofía. Él, Pedro Abelardo, el mas brillante lógico del medioevo, y ella, su discípula, Eloísa. Se amaron en secreto a pesar de todas las interdicciones. Los descubrieron y todo concluyó con sangre y soledades. Pero el mensaje sobrevivió a la intolerancia. Y Abelardo y Eloísa se siguen amando.

Cada uno de nosotros decide si nos convertimos en personas instruídas o ignorantes, compasivas o crueles, generosas o miserables. Nadie nos obliga. Nadie decide por nosotros, nadie nos arrastra por un camino u otro. Somos responsables de lo que somos."

“Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase.”

Escindió a la ética de la política. Ponderó el valor de la simulación para sostener el poder. Desnudó a la política del ornamento religioso y pseudo moral. Y no hubo príncipe desde entonces hasta hoy, que no valorara su crudeza.