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Matar el corazón de la luz.-

Actualizado: hace 7 días

Frente al mar fanáticos incubados en el odio, en la propaganda neonazi, en la financiada locura ultra islámica apuntaron con precisión  planificada.  Mataron a los

judíos que celebraban la fiesta de Januca en Australia.  

Era un día luminoso.

Janucá es la fiesta de la luz. 

Los antiguos judíos, siempre en minoría enfrentaron y vencieron al imperio Seleúcida en la tierra de Israel. 

Los siglos pasaron, el odio a los judíos persiste. 

Tras liberar el templo de los invasores, los hebreos, Macabeos, heroicos pocos, gigantescos luchadores, encendieron un candelabro, pero solo encontraron aceite combustible para un día. 

Pero la luz, incomprensible y milagrosa se extendió durante ocho días. 

Por eso se enciende cada brazo del candelabro durante ocho días, y es así desde hace milenios. 

Pero la luz fue insoportable para los que quieren matar judíos por serlo. 

Le dispararon, las víctimas desarmadas. 

Frente al mar.

Un hombre, un Macabeo redivivo tomó a uno de los asesinos del cuello y le quitó la escopeta, una Mossberg Maverick 88, esa serpiente a repetición.

El Macabeo es musulman. Se llama Ahmed El-Ahmed. 

Nunca hay que generalizar. 

Salvó a muchos, 

Quien salva a una persona salva a la humanidad, reza el Talmud. 

La judeofobia vive de la muerte.

En lugar de aceite luminoso busca la sangre. 

El antisemitismo se expande ahora en sociedades opulentas a los que los judíos favorecen con su trabajo y su saber. 

Algo resulta insoportable para los asesinos: la luz. 


Miguel Wiñazki.-


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